Centro Cultural Borges – 2013
Casi sin que no diéramos cuenta, LA LINEA PIENSA ha llegado a superar las 60 muestras, lo cual implica siete años ininterrumpidos de exhibiciones en el Centro Cultural Borges, desde la primera, de Armando Sapia, inaugurada en mayo de 2006. Se sabe que no es fácil en nuestro medio sostener ningún proyecto durante un tiempo tan prolongado, y de hecho éste hubiera resultado imposible de no mediar la generosidad y el interés del Centro Cultural Borges, del personal de un modo u otro involucrado en el ciclo, y especialmente de su director, Roger Haloua. Como tampoco hubiera podido llegar tan lejos sin el talento, la sensibilidad y la eficacia profesional de las coordinadoras del ciclo, Laura Spivak desde el inicio hasta febrero de 2008 y desde entonces hasta ahora Valeria Traversa. Cuando iniciamos LA LINEA PIENSA, decíamos que nuestra intención era devolverle al dibujo un lugar protagónico en tanto lenguaje autónomo, más allá de sus confines tributarios a la tradición representativa – una tradición que, en la Argentina, está más desarrollada que las vanguardias – y que haríamos hincapié en la autonomía de la línea y en la obra de aquellos artistas preocupados más por la riqueza semántica que por los contenidos o elementos referenciales. Revisando las 61 muestras que han tenido lugar hasta ahora creemos que el objetivo fue cumplido con creces, y que, además, la variedad y calidad de los artistas seleccionados justificaron y enriquecieron las intenciones que se exponían en ese manifiesto. Justamente, en ese texto inicial había algo de declaración de principios, convencidos de que el dibujo estaba relegado habitualmente a ser considerado como un fenómeno subalterno, no sólo en cuanto a la presunta hegemonía disciplinaria de la pintura sino en lo que hacía a los limitados usos que se le daba. Ahora, debemos reconocer que esa declaración de principios ha envejecido, y es una buena noticia. (…) Si Leonardo -según Martin Kemp-, llegó a desesperarse de las palabras como vehículo de descripción de fenómenos complejos *y sólo sus dibujos podían ofrecer descripciones visuales adecuadas, y si siglos después Klee, bajo el concepto de que “el arte no reproduce lo visible; lo hace visible”, llegó a la conclusión de que la línea es un punto que camina, y que dibujar es sacar de paseo una línea, podríamos llegar a la conclusión que en nuestra época el dibujo es descripción y también viaje a lo ignorado. Lo cual significa una amplitud plena de enseñanzas del pasado y de aventuras al futuro. Nuestro proyecto quiso asumir este panorama, ya que las definiciones tanto de Leonardo como de Klee tienen en común la afirmación de la autonomía del dibujo para formular pensamientos. Por esto hemos optado por el nombre de LA LINEA PIENSA. Los invitamos, entonces, a celebrar con nosotros la supervivencia de nuestra experiencia de LA LINEA PIENSA recorriendo esta multitudinaria y antológica muestra, compartiendo la convicción de que se trata no sólo del muestrario sintético de un recorrido sino la reafirmación de una hipótesis de trabajo a futuro.